Láser para eliminación de tatuajes

El tatuaje es como grandes rocas de pigmento que están en la capa media de nuestra piel. El láser es una luz que atraviesa las primeras capas de la piel y es captada por este pigmento. Esa energía hace que esas grandes rocas se «rompan» en pedacitos más chiquitos, siempre microscópicamente hablando para que puedan ser eliminados a través del sistema linfático. Los tatuajes van perdiendo poco a poco intensidad a medida que las partículas de tinta van siendo destruidas por los macrófagos.

La eliminación de tatuajes con láser requiere múltiples tratamientos con algunas semanas entre los procedimientos para que la piel tenga tiempo de curarse. La duración y la cantidad de los tratamientos depende de varios factores, incluido el tamaño del tatuaje y los colores utilizados. El azul y el negro son los colores más fáciles de eliminar, mientras que el blanco, rojo y amarillo son casi imposibles de eliminar.

Se realizan las sesiones cada mes y medio o dos meses. Cuanto más antigua sea la tinta, más difícil será de quitar un tatuaje. En este sentido, los tatuajes recientes son más fáciles de eliminar.